Queridas familias, con mucho respeto y cariño les dejo este artículo que nos hará reflexionar un poco sobre nuestro rol como padres y madres en la vida de los tesoros que Dios nos encomendó.
21/03/2019
FAMILIAS LOS INVITO A PONER EN PRÁCTICA ESTOS JUEGOS EN CASITA PARA QUE ENTRE TODOS LOGREMOS MEJORAR LA ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN DE NUESTROS NIÑOS.
"SÍNTOMAS DEL HIJO DICTADOR"
Los síntomas del “hijo dictador” Reglas para frenar este comportamiento
BY ACRBIO · 4 FEBRERO, 2019
CÓMO actuar con un NIÑO Dictador “SÍNDROME DEL EMPERADOR”
En psicología Síndrome del Emperador, se atribuye aquellos niños que escogen qué comida hay que cocinar, dónde hay que viajar, o simplemente qué cadena de televisión hay que ver. etc.
Estos niños para conseguir sus propósitos no dudan en gritar amenazar e incluso agredir física y psicológicamente a sus padres. Presenta un nivel empático subdesarrollado y no son capaces de experimentar sentimientos como el amor, la culpa, el perdón, o la compasión
Falta de límites. Derivado muy a menudo de la primera causa, si los padres no dedican suficiente tiempo a la crianza delegando en terceras personas, tampoco tendrán tiempo para educar a su hijo en normas de conducta, con lo cual el rey de la casa sentirá que tiene total impunidad. El psicólogo Javier Urra asegura que ningún niño nace siendo un tirano, sino que hay progenitores que no actúan como adultos educadores, ya que “hacen todo tipo de concesiones para no tener problemas y al final lo que generan es un problema”.
Por su parte El juez de menores Emilio Calatayud, muy conocido por sus aleccionadoras sentencias a jóvenes conflictivos, resumía así esta complicada situación en una entrevista publicada en EL PAÍS en 2006: “Les hemos dado muchos derechos, pero no les hemos trasladado deberes. Hemos perdido el principio de autoridad. ¡Hemos querido ser amigos de nuestros hijos!”.
Reglas básicas para frenar comportamientos dictadores o tiranos
Si los padres han llegado al punto límite con sus hijos tiranos pueden –y deben– pedir ayuda externa. Primera visita: el pediatra, que les ofrecerá pautas y consejos sobre cómo actuar. Algunos niños –y sus padres– necesitan además psicoterapia dependiendo de los síntomas y de su edad. Si se trata de preadolescentes o adolescentes y ya se han vuelto agresivos, el problema es más serio y la terapia, más larga.
Además, se pueden fijar las siguientes reglas para atajar comportamientos tiránicos:
Ambos progenitores deben estar de acuerdo en cómo quieren educar a sus hijos, en cuál va a ser su modelo educativo y actuar ante él sin fisuras, porque si las hay, el niño se aprovechará enseguida de ellas.
Los padres deben ser capaces de admitir que su hijo es un tirano y no buscarle atenuantes.
Rutina, rutina y más rutina. El día a día del niño debe estar pautado: horas fijas para comer, para acostarse, para hacer los deberes. También debe tener una serie de obligaciones en casa –hacer la cama, poner y quitar la mesa, etcétera– de las que no se puede escabullir. Y normas muy claras sobre su tiempo de ocio.
Nada de amenazas. Las amenazas transmiten inseguridad al niño y sólo logran aumentar su tendencia a la negación.
No se trata de prohibirlo todo después de haberle dejado hacerlo todo. Una vez dicho una cosa, no hay que retractarse, así que más vale pensar con calma antes de hablar y actuar.
No hay que ponerse a la altura del niño: si grita, patalea y monta una escenita, hay que respirar y contenerse. Nada de chillidos, sofocones o tortazos, mejor esperar a que se calme sin hacerle el más mínimo caso.
No sirve de nada argumentar sin fin, el niño tirano no está acostumbrado a las palabras. En vez de discutir, hay que recordarle cuáles son las reglas que hemos fijado y su deber de respetarlas.
Tampoco sirve pedirle que se ponga en tu lugar: justamente una de sus características es su falta de empatía.
Recordar que los milagros no existen y la educación es una carrera de fondo: puede que no haya resultados inmediatos, pero, según va creciendo, el niño logrará interiorizar nuestras enseñanzas.
Fuente: https://www.webconsultas.com
TIPOS DE CRIANZA
La sobreprotección de quienes ‘sobrevuelan’ la vida de sus hijos
Con la paternidad llega también ese deseo de proteger y prodigar a los hijos lo mejor, sin pensar en que la lucha y el ejemplo deben ser los soportes de la formación, mas no hacer todo por ellos. Así, la sociedad moderna ha creado la figura de los padres helicóptero, quienes ‘sobrevuelan’ la vida de sus hijos advirtiéndoles a cada paso de los peligros a los que se exponen; evitando que se equivoquen; eligiendo por ellos o, lo que es peor, cumpliendo sus obligaciones y ocultando errores.
El punto está en guardar las proporciones y encontrar el equilibrio entre ayudar a los hijos y protegerlos, sin caer en esa sobreprotección a la que los psicólogos han llamado ‘padres helicóptero’; aquellos que hacen todo por su hijo, incluso lo que él puede hacer solo.
El ejemplo más común son los padres que realizan las tareas escolares de sus niños, sin permitirles que se esfuercen y alcancen logros académicos a partir de la práctica, aprendiendo o equivocándose.
Otros protegen de forma exagerada a los hijos, dándoles un mensaje de que el mundo es un sitio muy hostil y creando personas ansiosas e inseguras de sí mismas.
¿Por qué pasa esto? Todo padre quiere que su hijo esté bien y que nunca le pase nada malo. Lo que se le olvida es que el niño se tiene que caer para aprender a caminar, y que de caída en caída conseguirá el equilibrio y la fuerza para hacerlo bien.
A estos padres sobreinvolucrados se les pasa que solo de los errores se aprende, por ello hay que permitir que nuestro niño o niña cometa errores y fracase para que se fortalezca.
Los padres helicópteros que se consideran progenitores omnipotentes, sin querer, no permiten que sus hijos desarrollen su capacidad para resolver problemas. Cuando se lo deja solo y únicamente se lo guía, el niño encuentra soluciones creativas a los inconvenientes y va formando una identidad sólida y fuerte.
Con la sobreprotección no se permite trabajar la autoconfianza, la tenacidad ni la persistencia. Estos niños, y luego jóvenes, se vuelven cómodos, pues saben que sus papás los van a rescatar de cualquier problema.
Por el contrario, los padres deben apoyar los talentos de sus hijos y ayudarles a fortalecer sus debilidades.
Usted no puede vivir la vida de su hijo ni hacerle los proyectos escolares, escogerle los amigos ni comprarle todo lo que quiera, ni mucho menos vivir metido en su vida. Los padres adecuados saben que solo son guías y que deben siempre premiar y elogiar el esfuerzo y acompañarlos en sus tristezas y alegrías.
El ejemplo más común son los padres que realizan las tareas escolares de sus niños, sin permitirles que se esfuercen y alcancen logros académicos a partir de la práctica, aprendiendo o equivocándose.
Otros protegen de forma exagerada a los hijos, dándoles un mensaje de que el mundo es un sitio muy hostil y creando personas ansiosas e inseguras de sí mismas.
¿Por qué pasa esto? Todo padre quiere que su hijo esté bien y que nunca le pase nada malo. Lo que se le olvida es que el niño se tiene que caer para aprender a caminar, y que de caída en caída conseguirá el equilibrio y la fuerza para hacerlo bien.
A estos padres sobreinvolucrados se les pasa que solo de los errores se aprende, por ello hay que permitir que nuestro niño o niña cometa errores y fracase para que se fortalezca.
Los padres helicópteros que se consideran progenitores omnipotentes, sin querer, no permiten que sus hijos desarrollen su capacidad para resolver problemas. Cuando se lo deja solo y únicamente se lo guía, el niño encuentra soluciones creativas a los inconvenientes y va formando una identidad sólida y fuerte.
Con la sobreprotección no se permite trabajar la autoconfianza, la tenacidad ni la persistencia. Estos niños, y luego jóvenes, se vuelven cómodos, pues saben que sus papás los van a rescatar de cualquier problema.
Por el contrario, los padres deben apoyar los talentos de sus hijos y ayudarles a fortalecer sus debilidades.
Usted no puede vivir la vida de su hijo ni hacerle los proyectos escolares, escogerle los amigos ni comprarle todo lo que quiera, ni mucho menos vivir metido en su vida. Los padres adecuados saben que solo son guías y que deben siempre premiar y elogiar el esfuerzo y acompañarlos en sus tristezas y alegrías.
Nuestros hijos necesitan responsabilizarse de sus acciones y sufrir las consecuencias, cualesquiera que sean. Por ejemplo, si no hacen la tarea tendrán como consecuencia la pérdida de esa actividad; créanme que así toman conciencia y responsabilidad.
Los padres claro que tenemos que mostrarles el camino correcto, ser firmes y amorosos, pero recordando que estamos criando personas autónomas e independientes y que, además, tomen buenas decisiones. Y algo muy importante es que la crianza hacia esa autonomía empieza desde corta edad. Además, los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, pero esto no nos da el derecho de inhabilitarlos con nuestros cuidados excesivos.
La próxima vez que ayude a su hijo sin necesidad fíjese en las consecuencias a largo plazo y pregúntese: ¿qué tipo de adulto va a ser su hijo? La respuesta lo va a hacer reflexionar.
Es fácil caer en la trampa de la sobreprotección, porque los padres sienten que tienen el control todo el tiempo y que nada malo les sucederá.
Por otra parte, el que hoy las familias sean de uno o dos hijos máximo se presta para que los padres se sobreinvolucren en sus vidas. Antes no había ni el tiempo ni la forma de hacerles seguimiento riguroso. Por ello, reflexione sobre su estilo de crianza y analice si está en ese extremo peligroso para que dé un giro, pues nunca es tarde para cambiar y, lo que es mejor, sus hijos se lo van a agradecer.
ANNIE DE ACEVEDO
Educadora y psicóloga
Los padres claro que tenemos que mostrarles el camino correcto, ser firmes y amorosos, pero recordando que estamos criando personas autónomas e independientes y que, además, tomen buenas decisiones. Y algo muy importante es que la crianza hacia esa autonomía empieza desde corta edad. Además, los padres queremos lo mejor para nuestros hijos, pero esto no nos da el derecho de inhabilitarlos con nuestros cuidados excesivos.
La próxima vez que ayude a su hijo sin necesidad fíjese en las consecuencias a largo plazo y pregúntese: ¿qué tipo de adulto va a ser su hijo? La respuesta lo va a hacer reflexionar.
Es fácil caer en la trampa de la sobreprotección, porque los padres sienten que tienen el control todo el tiempo y que nada malo les sucederá.
Por otra parte, el que hoy las familias sean de uno o dos hijos máximo se presta para que los padres se sobreinvolucren en sus vidas. Antes no había ni el tiempo ni la forma de hacerles seguimiento riguroso. Por ello, reflexione sobre su estilo de crianza y analice si está en ese extremo peligroso para que dé un giro, pues nunca es tarde para cambiar y, lo que es mejor, sus hijos se lo van a agradecer.
ANNIE DE ACEVEDO
Educadora y psicóloga
https://www.eltiempo.com/vida/educacion/la-sobreproteccion-de-los-padres-sobre-la-vida-de-sus-hijos-170954
No sabria decir si soy ese tipo de madres, sib embargo; me parece una excelente reflexión, ellos crecen en una realidad que nosotros no conocimos, también sabemos lo mal que esta la sociedad y ello creo es el impulso que nos lleva a querer acobijarlos más de la cuenta.... A veces de manera exagerada sobrepasamos esos límites.
ResponderEliminarMuy buenos días! Excelentes tips para un mundo tan novedoso. Lastimosamente la mayoría de nuestros padres nos criaron bajo un modelo de autoridad (podemos decir que fue repetitivo) hoy en día las cosas han cambiado y en función de generar más empatía con nuestros hijos probablemente tomamos el camino fácil y a través del cual sabemos que nuestros niños cederán mas rápido. Para fomentar en ellos una Crianza Positiva primero, nosotros como padres debemos internalizar cada aspecto de este método, principalmente con ejemplos pues se ha determinado que el ser humano aprende de esta manera de una forma rápida.
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